Frazzled nerves

En un verano de hostias, cancelaron mi vuelo y duplicaron mi tarjeta de crédito.
Afortunadamente, con la tarjeta solo tenía que hablar con españoles: ir a la sede del Santander cerca de casa, poner una denuncia en la comisaría de Tetuán, lo normal.

Y no sé si es cultural, idiomas diferentes, hablar y tratar con gente de tu mismo idioma, de tu ciudad - en realidad sé que no lo fue. Sé que he descubierto lo que significa esa expresión, tener don de gentes.

Y es que, con pequeños gestos, amabilidad seria, pequeñas bromas, problemas con la impresora, un bolígrafo desaparecido, o cháchara indolente, poquito a poco te relajas y sientes hasta complacencia.

Aunque sea un placebo, papeleo burocrático sin efecto, es admirable el efecto de una persona serena pero efectiva, que parece tener control sobre una situación disparatada, saber tranquilizar a otras personas en momentos de estrés, aunque sea un efecto placebo de tener la sensación de que alguien puede hacer algo al respecto...


La habilidad de entender a tu prójimo, como se siente y de tratar con ellos de forma adecuada, es una habilidad que no se debe menospreciar. Es envidiable y completamente necesario para un artista.

Pero me hace pensar en Cecil Beaton que está ahora en la Fundación Canal Isabel II y en una foto en particular.

Aparece Katharine Hepburn  de perfil - casi más bien dándole la espalda a la cámara - en tonos grises suaves y luz difusa, una imagen angelical. Casi no se la reconoce en contaste con sus películas, con su porte erguido, altivo, regia. Pero lo más curioso es el caption de la foto que describe su relación con el fotógrafo y es que, en contraste con esta imagen delicada, angelical describe una relación turbulenta, conflictiva que acaba en enemistad total.

¿Cuando se tomó la foto? ¿Fue en un comienzo, fue una primera impresión de la actriz? Pero Parece improbable, tratándose de Katharine Hepburn...
Hay un mundo entre foto y texto, una laguna de sucesos, intención y relación...

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