1 La Ciudad: deambulaciones mentales

Primer blog. Cosa complicada. Son las palabras que no se me salen de la cabeza, la presión de escribir, de escribir algo de manera pública me es demasiado. Pero es verdad que su carácter tipo diario, ayuda a pensar en el trabajo, a organizar la mente. Tenía ya planeado empezar discutiendo la introducción de Jesús Camarero a <<Especies de Espacios>> de Georges Perec, después uno hablando del primer proyecto en común de la clase y continuar así paulatinamente, pero lo de siempre, muchas ideas que nunca se llevan a cabo. A lo mejor en parte por empecinarme en hacerlo en un orden determinado, pero es irrelevante.

Lo que sí me ayuda, es caminar, que es lo que hemos hecho hoy, en cierto modo. Hemos tomado un autobús de recorrido circular y durante dos horas más o menos nos hemos dejado llevar por media ciudad. Dentro del bus hemos hablado de Marc Auge y los no lugares. Y al discutir su definición y la oposición entre lo que sería un lugar y un espacio, me chocó una definición específica, que refería a lugares como sitios no sólo de tránsito sino de comunicación e identificación del individuo. Y me chocó porque es algo que no percibo en Madrid. Es una ciudad que ha sido mi hogar durante veinte años pero por el que, de cierto modo, siento una apatía total. No es solo aburrimiento, ni la sensación de estar atrapada, sino como la sensación de desamor, de una falta de conexión total con todo lo que me rodea.


***
En este recorrido se nos animó a intentar ver la ciudad como ciudad ajena, espacio desconocido, en tanto a que mucho de lo que vimos, debían ser calles desconocidas, sin identidad ni nombre. Cuando se introdujo el tema de el no lugar primero pensé en lo que discutimos trabajando en collage, que sería una visión más literal, más visual y menos conceptual de esta expresión, y era observando los vacíos, las no formas dentro de fotografías o papeles impresos, abstrayendo la imagen de tal manera, que su contenido original sea completamente suprimido y de lugar a una abstracción que permita la creación de algo completamente nuevo.


Aunque creo que la idea era, sin tachar de equívoca la anterior, más bien tomar consciencia de nuestros alrededores, de eso espacios que nos rodean pero ignoramos, que no tienen más carácter ni identificación con el individuo que su función. Se ve en el transporte, y también las calles, que una ciudad tiene muchas, pero sin darles ningún contexto o como mínimo una asociación al día a día (y aún así, teniendo esta cualidad) pasan desapercibidas.

Me parece interesante después de volver de Alemania. Lo que veo, lo que me dicen, me recuerda demasiado a menudo a ese lugar. Sin quererlo, después de un año lo que es el día diario se había asentado firmemente en territorio alemán, y la sensación de volver a la rutina aquí de cierta manera desorienta. Era una distancia necesaria, volver al lugar de origen después de un tiempo te permite verlo de otra manera, con más curiosidad, especialmente una semana como ha sido esta, donde han saltado de la nada miles de banderas por toda la ciudad, como para reafirmar la vuelta a la patria. Esto, reforzado por la radio, una canción en la lengua materna, un cantante de voz tosca, ruda, acento muy chulo, gatuno, refuerza de nuevo esta idea tan bizarra.


Es curioso. Allí, dibujaba peleándome con el día a día. Un día a día distante, paralelo, completamente desvinculado, y solo podía pensar en lo que era mi hogar, en las cosas cotidianas. Fragmentos de los que me acordaba, hasta el último detalle de habitaciones y pasillos de casas vistas y habitadas un millón de veces. Y ahora aquí, de nuevo, que intento reconstruir el día a día en un blog tipo diario, me da vueltas la cabeza y vuelve siempre a la otra vida y siento una desconexión, desapego, un no se qué, falta, ausente.


Por estas sensaciones, estas vidas discontinuas, paralelas, polarizadas en parte me gusta la obra de Virginia Woolf, de David Hockney o al que he descubierto ahora Georges Perec. Porque muchas veces la única forma de percibir y transmitir esa percepción de la realidad es a través de fragmentos, detalles minuciosos que forman un conjunto, más o menos estable, más o menos conectado entre sí. Solo así se puede dar idea de un todo. Una obra llena de harmonía de construcción sana y estable, es porque omite.     


tiempo y espacio
rutina
espacio, concepto artificial, pero en con base en la realidad: justificación, representación de una idea, tan abstracta y vaga que solo a partir de una reducción puede comenzarse a comprender
lo mismo en cuanto al tiempo, concepto humano para no solo abarcar la rutina sino una idea, una realidad tan vaga, tan vaporosa pero tan presente en la realidad percibida como la aparición de conceptos como el yo o cero.

colecciones

Apartir de esta definición me ha hecho replantearme mis propios intereses. Es verdad que en la mayoría de mi trabajo predomina un enfoque hacia el detalle o el espacio. Pero ya tenía entonces la sensación de que no era el espacio en sí lo que me preocupaba sino sus habitantes. Lo que me posee a dibujar, a retratar espacios no es más que la señal de vida, en particular de vida humana y de sociedad en lugares concretos. A lo mejor no es el espacio lo que me preocupa a mi si no los lugares, la ausencia no es más que otra representación de la presencia humana constante y móvil, de una realidad líquida.





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